domingo, 20 de julio de 2008

¿Hay que prevenir la delincuencia juvenil?

Si hay algo que no admite demasiada discusión es que los problemas complejos difícilmente puedan resolverse con remedios sencillos. Por eso no resultan fiables las recetas que se proponen como curativos drásticos e inmediatos para frenar la ola delictiva, en general, y la violencia juvenil, en particular.

Es indudable que, del conjunto de medidas posibles para bajar la criminalidad, la modificación de las leyes es la más inmediata y sencilla de implementar, y es con la que los políticos pueden testimoniar su capacidad de hacerse cargo de los problemas de la gente. Sin embargo, está ampliamente demostrado en la experiencia mundial que la amenaza de una pena mayor, por sí misma, no disuade al delincuente.

Lo que la sociedad reclama, sobre todo, es que el hecho delictivo no suceda, que la situación de violencia no se produzca.. En la prevención es necesario que las fuerzas de seguridad, por una parte, estén entrenadas para actuar con eficacia en el marco estricto de la ley. Por la otra, es vital que se comience a actuar sobre otras condiciones que favorecen la violencia, como el narcotráfico y el explosivo comercio ilegal de armas.

Y, aunque actuar sobre las causas sociales lleve tiempo, es imprescindible aumentar la inversión en educación, para que cumpla con su cometido de contención y capacitación real de todos los sectores sociales, así como en planes sociales que estimulen el empleo.

No hay comentarios: